Forestar, ¿por dónde empezar?

Esta es la primera pregunta que surge cuando nos decidimos a forestar unos terrenos degradados por el monocultivo intensivo. En este post os contamos cómo hicimos para ordenar las ideas en el papel y dar sentido al Laberinto del Quercus.

Una vez ubicados en nuestra parcela, enfocados en el problema y la solución que queremos poner en marcha, el siguiente paso es pensar en el proceso y en cómo empezar a revitalizar el suelo. Para ello, tras muchas horas de investigación y búsqueda bibliográfica, escuchando a los expertos y dejándonos mentorizar por los docentes y técnicos forestales, realizamos nuestra planificación para la forestación, en la que comenzamos definiendo el objetivo, el carácter protector de la forestación, centrada en la recuperación y fortalecimiento de la biodiversidad. 

suelo fertil forestar laberinto del quercus

Continuamos estudiando el terreno para conocer las características físicas, químicas y biológicas de ese suelo, los llamados factores edáficos, que han de tenerse en cuenta para la preparación del terreno y la forestación. En nuestro caso, nos encontramos con un suelo calizo, moderadamente pedregoso y empobrecido por el laboreo continuado. 

Teniendo en cuenta el objetivo de la forestación, las características del suelo, la orografía del terreno, su situación geográfica con factores como la altitud, y el clima de la zona, atendiendo especialmente a las variaciones térmicas, la humedad y la pluviosidad, podemos llevar a cabo la selección de las especies forestales a emplear, para nosotros uno de los pasos más ilusionantes del proceso. 

seleccion especies forestales Laberinto quercus

Conformamos entonces un bosque mixto con especies arbóreas y arbustivas autóctonas, estableciendo la densidad de la masa vegetal y el marco de plantación, en el que es clave el diseño trazado en forma de laberinto, alternando especies más resistentes que soporten la insolación y alcancen antes mayor altura, como pueden ser los pinos, con otras que requieran el cobijo de su sombra para su buen desarrollo, sobre todo en los primeros años, como es el caso de los quejigos.

¡Trazar un laberinto de 2 hectáreas con todas estas ideas en la cabeza, arduo trabajo del que nos sentimos muy satisfechos y estamos deseosos de mostrar!

Forestar por dónde empezar Laberinto del Quercus

Sabemos dónde queremos plantar y qué queremos plantar, pero ¿cómo lo hacemos? Es momento de pensar en la preparación del terreno y el método de forestación, para lo cual tenemos que atender a ese estudio previo del lugar y a las especies seleccionadas. 

En un terreno agrícola, como el nuestro, es previsible encontrar una capa endurecida a la profundidad a la que llegaron los continuos y repetidos laboreos, por lo que la opción más efectiva para destruir dicha capa y preparar el suelo para la forestación es una labor de subsolado, con profundidad suficiente para garantizar el buen desarrollo radicular de nuestros árboles. Este proceso se realizará en verano, con el suelo seco y cierta antelación a la plantación.

Teniendo en cuenta el objetivo de la forestación, las características del suelo, la orografía del terreno, su situación geográfica con factores como la altitud, y el clima de la zona, atendiendo especialmente a las variaciones térmicas, la humedad y la pluviosidad, podemos llevar a cabo la selección de las especies forestales a emplear, para nosotros uno de los pasos más ilusionantes del proceso. 

En cuanto al método de forestación,  consistirá fundamentalmente en la plantación de plantones de 2-3 savias, respetando el ecotipo de la zona, por lo que, paralelamente a la planificación de la forestación, mantenemos contacto con los distintos viveros cercanos para asegurar el suministro de plantones viables. La plantación de las especies será siempre a savia parada, es decir, entre primeros de octubre y primeros de mayo y, teniendo en cuenta nuestro clima en el que el periodo estival y fundamentalmente los meses de julio y agosto son los periodos más agresivos para el crecimiento de la planta, poniendo en riesgo su viabilidad por insolación, calor extremo o sequía prolongada, nuestro momento para la plantación será a inicios del otoño. De esta manera aprovechamos las previsiones de lluvia posteriores a la plantación para evitar el riego artificial y aseguramos el buen desarrollo del sistema radicular, que el plantón haya arraigado antes de la llegada del verano extremo.

¡Esto no es todo!

Hay mucha más planificación forestal en nuestro laberinto: la cubierta vegetal, el enriquecimiento del suelo con compost orgánico y biochar, los cuidados posteriores a la forestación, la reposición de marras… pero  esto es lo que os contamos por el momento, hasta próximos post. 

Seguimos trabajando, ahora es el momento de buscar alianzas estratégicas para arrancar con energía este otoño.